El cierre de los manicomios de hace 25 años, trajo consigo
el diseño de un nuevo sistema que tenía por objetivo seguir dando respuesta a
los enfermos con enfermedades graves de salud mental. Se crearon diferentes
dispositivos que pretendían mejorar las condiciones de vida de este colectivo.
Así nacieron los ESMD (equipos de salud mental de distrito), que son centros de
salud especializados en la psiquiatría. Para derivar a pacientes con
diagnóstico de trastorno mental grave se destinaron hospitales especializados
en la materia, y dentro de ellos se establecieron las unidades de día, la
unidad infanto-juvenil, y las comunidades terapéuticas.
Paralelamente se fueron creando una serie de recursos por
parte de asociaciones dedicadas a ello, con el objetivo de dar mayor y mejor
respuesta a la problemática y, sobre todo, buscando alternativas al
internamiento hospitalario de por vida.
Como vemos, la red de recursos es muy variada, por lo que
nosotras decidimos centrar el estudio en las comunidades terapéuticas.
Las comunidades terapéuticas son hospitales-residencia, en
los que permanecen internos los enfermos de mayor gravedad. En ellas se
desarrollan terapias y tratamientos de la enfermedad y programas
psicoeducativos que pretenden que los enfermos aprendan a llevar su enfermedad
con la mayor normalidad posible y puedan llegar a ser capaces de desenvolverse
en su vida cotidiana sin necesidad de ayuda y atención permanente. En Córdoba
coinciden en el mismo hospital la comunidad terapéutica y la unidad de día, a
la que acuden más pacientes para pasar la mañana y volver después a sus casas.
Los pacientes que acceden a esta red de servicios tienen
diagnosticada una enfermedad de tipo psicótica grave y persistente. Esto quiere
decir que no tienen la posibilidad de curarse pero si pueden recibir un
tratamiento paliativo de la enfermedad y con el objetivo de que no siga agravándose.
La psicosis produce la pérdida del contacto con la realidad
(no saben dónde están, quienes son, no reconocen a las personas cercanas,
etc.). Se caracteriza además por lo brotes repentinos, por lo que no siempre se
encuentran en esta situación, sino que varía en función del paciente, e incluso
en un mismo paciente varía en función del día. Las enfermedades son la
esquizofrenia y todos sus tipos, la paranoide, la de tipo catatónico, el
trastorno esquizoafectivo, etc.
En esta red de servicios no están incluidos otro tipo de
trastornos como las demencias, las toxicomanías, las enfermedades somáticas,
los retrasos mentales, las psicopatías o
las incapacidades físicas. Estos tienen recursos especializados, a diferencia
de lo que sucedía en los antiguos psiquiátricos, dónde mezclaban a todos los
pacientes.
Los pacientes que acceden al servicio son personas que además
de tener la enfermedad diagnosticada presentan situaciones problemáticas de difícil
solución, como problemas sociofamiliares y problemas económicos graves. Son personas
que además se muestran resistentes a recibir tratamiento por el desconocimiento
de su enfermedad y por la pérdida de esperanza. En esta situación se encuentran
muchas personas y necesitan ser atendidas, porque supone un riesgo para sus
propias vidas el no tener atención continuada. En Córdoba solo hay 17 plazas en
la comunidad terapéutica, y están cubiertas por los que presentan las
situaciones más graves.
El objetivo es conseguir la implicación del paciente en su
proceso terapéutico personal, mediante la información y el conocimiento acerca
de la enfermedad. Es fundamental que tomen conciencia de que necesitan el
tratamiento y que deben acudir de forma voluntaria. Por otra parte, también se
pretende que el paciente aprenda a controlar la situación en los momentos de
cordura, porque es precisamente en ellos en los que se produce el agravio de la
enfermedad, dado el impacto tan fuerte que produce pasar bruscamente de la
realidad a lo ficticio y viceversa.
El problema, en el caso del servicio ofrecido en Córdoba es
que para que esta nueva red de servicios funcione es necesaria la incorporación
de nuevos profesionales a las comunidades terapéuticas. Estos profesionales son
los terapeutas ocupacionales, educadores sociales y monitores de ocio y tiempo
libre. A ellos y a la profesión en la que se especializan corresponde la labor
de integrar a este tipo de pacientes y de conseguir que las situaciones problemáticas
no se estanquen de por vida. En Los Morales, el hospital de psiquiatría de
Córdoba solo hay una trabajadora social, que se encarga de diseñar actividades para
los pacientes y de tener conversaciones con las auxiliares de enfermería que
son las que pasan la mayor parte del tiempo con los pacientes. La mayoría de
los profesionales de la medicina tienen una visión muy diferente del problema,
y por lo tanto el tratamiento que se les da no coincide con la idea del
sistema, de ahí el fallo. Para que este sistema funcione (a pesar de la escasez
de recursos) es fundamental el papel de los terapeutas con los pacientes, la incorporación
de profesionales con nuevas técnicas más orientadas a la reinserción del
individuo en la sociedad. Por otra parte, 17 plazas de internamiento continuo
me parecen realmente pocas, puesto que hay personas que realmente lo necesitan
y lo desean, personas que no pueden vivir en sus casas solas o con sus familias
porque suponen un verdadero riesgo. El resultado de cómo funciona el sistema en
córdoba es una estructura de embudo, de tal forma que las personas que entran
en las comunidades terapéuticas son las que están en peores condiciones (y necesitarían
por tanto intervención inmediata), pero la falta de interés por parte de los
profesionales y la falta de profesionales en sí, hace que los pacientes que
entran no lleguen a salir a un piso tutelado, una casa hogar, o vuelvan con sus
familias.
Los recursos alternativos a este sistema están organizados
en torno a FAISEM (Fundación andaluza para la integración social de los
enfermos de salud mental). En torno a
ella se lleva a cabo una acción conjunta de instituciones para dar respuesta a
problemas de difícil solución. Una de estas acciones es la función tutelar de
personas incapacitadas que es normalmente ejercida por los familiares más
próximos a estas. No obstante existen circunstancias (avanzada edad,
conflictos, otro tipo de dificultades, etc.) en las que la familia no puede
asumir su cuidado o tutela.
La función tutelar de personas tiene como objetivo, la
protección y defensa de las personas adultas presumiblemente incapaces o
incapacitadas total o parcialmente por resolución judicial. Velará por la
mejora de las condiciones de vida y de la dignidad personal de quienes por
padecer algún tipo de discapacidad psíquica no puedan gobernarse por sí mismos.
Los beneficiarios son personas adultas presumiblemente incapaces o
incapacitadas total o parcialmente por resolución judicial. Atenderá a personas
que padecen algún tipo de discapacidad psíquica grave y persistente y que por
diferentes causas sus familiares no puedan asumir su cuidado o tutela. El
ámbito de actuación será la provincia de Córdoba sin perjuicio de las
actividades que realizará fuera de la misma, concerniente a personas residentes
dentro de la provincia.
Otra de las instituciones que realiza una labor muy
importante para este colectivo en Córdoba es ASAENEC (Asociación de familiares
y allegados de enfermos de salud mental de Córdoba). Es un Centro social que
desde 1992 atiende no sólo a sus asociados sino también a todas aquellas
personas que se encuentran afectadas con este tipo de problemática tanto
enfermos como familiares que requieren ayuda y orientación. ASAENEC es
miembro de FEAFES (Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y
Enfermos/as Mentales), además está integrada en FANAES (Federación Andaluza de
Allegados de Enfermos Mentales). Forma parte de la Fundación Tutela Cordobesa
que tiene como fines la protección y defensa de las personas adultas
presumiblemente incapaces e incapacitadas total o parcialmente por resolución
judicial y además son miembros del Consejo Andaluz de Atención a Personas con
Discapacidad, así como forman parte del CERMI ( Comité Español de
Representantes de Minusválidos.).
Los servicios que ofrece son los siguientes:
- ATENCIÓN PSICOLÓGICA:
- Terapia Psicológica individual
y colectiva a personas con enfermedad mental, y a familiares y allegados.
- Escuela de Familia.
- Grupos de Autoayuda.
- Atención a domicilio.
- ATENCIÓN SOCIAL:
- Información y Asesoramiento
sobre dispositivos, recursos y prestaciones sociales.
- Servicio de Orientación
Laboral.
- Atención a domicilio
- ASESORAMIENTO JURÍDICO
- ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL:
-
Talleres de informática, habilidades sociales,
manualidades,
animación a la lectura, video-fórum...
animación a la lectura, video-fórum...
-
Actividades deportivas y de ocio y tiempo libre:
aeróbic
y expresión corporal, técnicas de relajación, ping-pong, fútbol, senderismo, ajedrez, domino, cine, visitas culturales, charlas, excursiones, informática.....
y expresión corporal, técnicas de relajación, ping-pong, fútbol, senderismo, ajedrez, domino, cine, visitas culturales, charlas, excursiones, informática.....
-
Entrenamiento en habilidades de la vida diaria
(limpieza, aseo personal, etc)
-
Potenciar que las personas aisladas y retraídas
que perdieron el contacto con la comunidad y sus servicios, lo recuperen
progresivamente.
Los fines específicos de ASAENEC son contribuir
a la mejora del tratamiento, de la asistencia y de la integración social de las
personas con enfermedad mental; posibilitar contactos entre los familiares y
allegados de las personas con enfermedad mental; aconsejar a los familiares y
allegados sobre cómo afrontar la enfermedad; promover la compresión pública
hacía la enfermedad mental y sus problemas
con todos los medios posibles; informar a la opinión pública con publicaciones;
y asistir a los familiares o a quien tenga encomendado funciones tutelares en
aspectos educativos.
Realizar este trabajo me ha
resultado un poco duro, porque me parece que el funcionamiento del sistema en
Córdoba es absolutamente deficiente. Pensar en las personas que se quedan sin
asistencia simplemente porque no hayas plazas me parece algo increíble, pero más
me sorprende que no haya movimiento de esas plazas porque no se consigue el
trasfondo que lleva consigo este nuevo sistema por falta de contratación de
personal necesario y por falta de formación de los profesionales actuales. No
tenemos más que confiar en que en otras provincias funcione de otra forma,
porque es algo que te hace cuestionarte muchas cosas de la sociedad en la que
vives y del sentido de la necesidad que tienen nuestros políticos. No pienso
que debiera volverse al sistema anterior, ni muchísimo menos, pero si pienso
que las plazas de internamiento no deberían estar tan limitadas, puesto que además
a ellas se accede de forma voluntaria y me parece alucinante que haya personas
que reclamen que necesitan vivir en una comunidad terapéutica donde tenga atención
medica permanente y donde se les ayude a afrontar y conocer su enfermedad para
poder llegar algún día a desarrollarse en la vida de forma normalizada y que,
sin embargo, tengan que vivir en sus casas solos o acompañados, pero al fin y
al cabo también lejos de su propia voluntad. También me produce mucha tristeza
ver cómo se piensa únicamente en el problema cuando pasa a ser un problema de
la sociedad, es decir, cuando una persona de este tipo (de forma involuntaria)
hace daño a otra es frecuente escuchar “es que no debería estar suelto por la calle”.
Me parece que es una interpretación egoísta del problema, yo también pienso que
hay personas que tienen que estar bajo supervisión médica, precisamente porque
no son dueños de sí mismos, pero creo que debe hacerse desde el derecho que
tiene a ser persona, a recibir una asistencia digna, a sentir que hay esperanzas
para una vida mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario